sábado, 13 de agosto de 2011

Sin darse cuenta


Cuando la hormiga llegó hasta el punto donde la estepa se convertía en desierto, no se dio cuenta que aquella plantita había colonizado un suelo verdaderamente inhóspito. La planta había tenido una vida difícil, pero había logrado adaptarse al más salino de los suelos y a los vientos cálidos y secos. Cuando por fin había logrado extender sus hojas para alimentarse de la energía del sol, llegó la hormiga y en unas horas acabó con el desarrollo que había llevado años.

La hormiga llevó sus pedacitos de planta al nuevo hormiguero. Junto con cien mil hormigas más recorrían hectáreas de estepa para llevar alimento a su colonia. Colonia que estaba a medio camino entre la casa del hombre y su gallinero. Un día el hombre decidió limpiar el camino y no se dio cuenta que con su limpieza desbarataba miles de pequeños esfuerzos. La escoba barrió con depósitos de alimentos, plantíos microscópicos de hongos, el cadáver de la reina y cientos de larvas y huevitos. El hombre se limpió el sudor, cansado de trabajar.

Al hombre le daba mucho trabajo aquel pedazo de tierra. Pero el y su familia amaban aquel paraje como el más preciado. Aquella región que los turistas solo veían como un desolado paisaje al costado de la carretera había sido el hogar de sus ancestros, era el de ellos y esperaban que fuera el de sus hijos. De nada de esto se dio cuenta el gobierno cuando eligió ese terreno entre los que se usarían para las excavaciones en busca de minerales. La nueva riqueza parecía al alcance de la mano y ya había muchos planes para su utilización. Cuando las excavadoras llegaron, no hicieron mucha diferencia entre lo que había sido una casa, un patio o un gallinero.

Bienintencionado como pocos, aquel gobierno invertiría lo obtenido en salud, educación y ayuda a los más pobres. Después de años de olvido, era el momento justo para acordarse de los sectores más necesitados. Los precios internacionales de los minerales no paraban de subir y para aquel pequeño país era la oportunidad de dar el gran salto al desarrollo. En el otro lado del mundo, sin embargo, los todopoderosos de los centros financieros movían las piezas sin darse cuenta de sus consecuencias. Y en un intento más por salvar al sistema financiero global tomaron decisiones que dejaron fuera del mercado a varios pequeños países jugados al comercio de metales. Ni siquiera se enteraron que, con la salida del mercado, aquel país condenaba a una generación entera al subempleo, se iban a la basura los planes de ayuda a pobres y la educación volvía a ser un privilegio muy minoritario.

A una distancia miles de veces mayor que la que separaba al pequeño país de los centros financieros, otros seres tomaban decisiones. A ellos tampoco les importaba toda la historia acumulada en el tercer planeta del sistema solar. Urgidos por su día a día  decidieron terminar con ese y con otro miles de planetas. Ellos tampoco se daban cuenta.

viernes, 24 de junio de 2011

Incomunicados



1.

Al principio fue un tema que salía en los titulares de los diarios. Unas semanas después, sin embargo, las noticias había que buscarlas en los rincones de las páginas menos leídas.

Eso a Natalia no le importaba, abrió el diario del Domingo y buscó en cada sección. Ella seguía cada novedad sobre esa tribu aislada recién descubierta en el Amazonas con la misma pasión que sus compañeras de clase seguían la telenovela de las 21:00.

Es que para aquella estudiante de preuniversitario que dudaba entre sus ganas de estudiar Antropología y las presiones familiares por seguir carreras más “útiles” esa noticia había sido una especie de liberación. Estudiosos del tema (¿en el futuro serían sus colegas?) hablaban en televisión, se abrían foros para que el público opinara y la gente “común” discutía sobre si había que ir al encuentro de culturas o dejar en paz a aquellos recien “descubiertos”.

Natalia, sin embargo, no participaba en aquellas discusiones que le parecían infantiles. Ella sabía que el tema era mucho más delicado y que había que alejarlo del maniqueísmo que hablaba por un lado de los “blancos invasores” y por otro de los “primitivos asesinos”.

2.

Se había interesado por el tema mucho antes que el común de la gente. Desde que comenzaron a llegar las primeras noticias de aquel satélite que descubrió las comunidades indígenas aisladas, ella estuvo atenta. El descubrimiento había sido suficientemente interesante como para que los científicos se pasaran casi una semana espiando cada movimiento en las aldeas. Y, al octavo día, la noticia llegó a la gente común.

Llegó de la peor manera, en los canales amarillistas y en los pasquines de los domingos. Porque en aquellas aldeas además de cazar, recolectar, cocinar y comer se cometían lo que parecían ser crímenes rituales. Espantosos crímenes contra los más indefensos. Torturas, asesinatos públicos, vejaciones.

La polémica se instauró en los medios. Unos preguntaban ¿el mundo “civilizado” tiene derecho a imponer sus normas de conducta a estas comunidades? Los otros contestaban ¿alguien tiene derecho a matar y torturar indefensos porque se lo considera parte de su “acervo cultural”?

3.

La primera reacción del gobierno fue enviar de inmediato una expedición que impusiera a los salvajes el orden de la sociedad civilizada. Sin embargo, al paso de los días la gente se fue olvidando y el gobierno prefirió evitar acciones militares en un territorio lejano de los centros de poder pero demasiado cercano a países limítrofes. Después de todo, este no había sido un buen año para la política exterior.

Por eso, cuando Natalia encontró finalmente la crónica que buscaba, esta sólo mencionaba que se había conformado una expedición científica que enviaría “señales” a las aldeas. La idea era no intervenir en sus vidas pero a la vez advertirles, de alguna forma, de la existencia de un superior gobierno que no les permitiría proseguir con los horrendos crímenes.

4.

Natalia reaccionó con desesperación. ¿Señales? ¿Qué tipo de señales? Necesitaba más explicaciones pero aquello ya no era de importancia para la prensa. La tercera sección del diario ocupaba más espacio en hablar de una nueva y extraña estrella variable recién descubierta o de los mecanismos para desarmar un peligroso enterradero ilegal de basura nuclear. Además, la tercera sección era la más pequeña.  La primera y segunda estaban dedicadas a la política, el deporte y otras cosas verdaderamente importantes.

5.

Hubo de esperar casi un mes para saber algo más. Otra escueta nota relataba el fracaso de los intentos de comunicación con los salvajes y la certeza de que nuevos asesinatos rituales habían ocurrido. Durante ese mes el asunto del enterradero nuclear había saltado a la primera sección del diario cuando un accidente provocó decenas de muertos y la dispersión de radiación en una amplia zona. Los grupos ambientalistas pedían suspender los trabajos pero los gobiernos aseguraban que se podía proseguir sin peligro. Con respecto al tema de la nueva estrella se había convertido en un rompecabezas para los astrónomos. Había surgido inesperadamente y variaba en patrones inexplicables. Algunos fantasiosos sugerían incluso que en esos patrones había un mensaje.

6.

La última vez que Natalia escuchó algo sobe aquellas tribus éstas probablemente ya no existieran. La televisión le informaba que, respondiendo a las presiones, los militares habían entrado en su territorio e impuesto la civilización. ¿Había habido muertos? ¿Qué futuro les esperaba a los ex-salvajes? Nada explicaba el noticiero. La preocupación seguía estando en la basura nuclear.

Natalia miró a través de su ventana y demoró en ubicar la nueva extraña estrella. Desde hacía unos días brillaba cada vez menos y pronto sería solo un recuerdo.
Señales, pensó. Nosotros tampoco entendimos las señales

7.

En algún lugar en el espacio, alguien también perdió la paciencia. No se podía dejar el planeta tierra en manos de una especie tan descuidada. Si no habían entendido las señales, peor para ellos. Era hora de actuar.

viernes, 3 de junio de 2011

Muerte y vida

“Las radiaciones me están matando y las sustancias químicas destruyen mis células a cada momento. He peleado valientemente y casi lo logro. Sin embargo estoy derrotado. El nuevo veneno de hoy es muy poderoso. Este cuerpo ya no es mío, debo asumirlo.”

Estas fueron las últimas palabras del cáncer de José antes que de que a José le dieran definitivamente el alta.

domingo, 29 de mayo de 2011

¿errores?

Termino el relato, rápidamente apretó "intro" y lo envió al concurso. Cuando lo releyó, vió que el autocorrector de su ordenador le había cambiado una palabra y con ella el sentido del cuento. Desesperado, quiso editarlo, cambiarlo, borrarlo. Nada de eso era permitido por el reglamento del concurso. El relato que él no quiso publicar estuvo entre los finalistas. Cuando llegó el próximo concurso decidió escribir sin pensar pero con el autocorrector habilitado. 

miércoles, 11 de mayo de 2011

Jugados


Habían ya apostado todo pero ninguno quería dejar el juego.

-         Apuesto mi cuerpo y si pierdo podrás hacer con el lo que quieras.

-         - Subo la apuesta. Mi cuerpo y mi mente,  me comprometo a obedecer y a pensar para ti.

-         - Subo y apuesto mi…, no se como se llama, pero si pierdo pensaré en tus necesidades antes que ti y renunciaré a mi propia vida. Será vivir contigo o nada.

-         Igualo.

Tenían las mismas cartas. Años después morirían juntos, felices y jugados hasta el final.

jueves, 31 de marzo de 2011

Auris y la desmemoria


Javier, el maestro de historia, había hecho lo mismo de todos los años. Les pidió a los niños que trajeran información sobre sus familias, especialmente padres y abuelos. Ese material era siempre más o menos parecido y servía como arranque para conversar sobre los últimos 50 años de la colonia.

Es que la colonia Auris, en el lado oculto de la luna, contenía una comunidad orgullosa de sus logros y de su estilo de vida. Por eso, la enseñanza de la historia en las escuelas se centraba en esos 50 años y reforzaba el optimismo generalizado en la ex-base militar.

Pero aquel niño llegó a la escuela con una historia distinta. Federico había estado hurgando en viejos archivos familiares y, vaya a saber de donde, había aparecido un diario de su tatarabuela en la que relataba la vida en el planeta madre, ese al que la colonia siempre la daba la espalda.

El maestro no se alarmó, después de todo la educación oficial  no negaba la historia antigua sino que solamente la minimizaba, pero le advirtió a los niños que “había que tomar con mucho cuidado esas informaciones sobre el pasado, pues suelen contener muchas mentiras”.

La advertencia no era del todo mentirosa. Ocultado por la historia oficial, el pasado terrestre se había vuelto campo fértil para las fantasías de los pobladores más impresionables y, sobre todo los niños, escuchaban demasiado seguido las más improbables aventuras en aquel territorio olvidado.

Por eso Javier no pudo evitar que todos los niños se abalanzaran sobre la reproducción de aquel diario que Federico mostraba como un tesoro. Pero en vez de eso, el maestro le pidió el material y comenzó a leer párrafos mientras sonreía.

-         A ver. Esto dice que vivía en un lugar llamado Uruguay…no recuerdo ningún lugar así.

Los dedos de los niños volaron buscando la información que el maestro negaba. Enseguida una voz se escucho en el fondo:

-         Pero sí maestro. Acá dice que hubo un país llamado Uruguay.

Javier se sentía incómodo y quiso arremeter contra algunas otras informaciones absurdas que aparecían en el diario. Sin embargo, una tras otra, los niños las confirmaban.

-         Es verdad lo que dice de cómo vivían
-         Y es también verdad  lo de la guerra. Parece que fueron invadidos porque tenían una gran riqueza.

Aquello se le había ido de las manos. El maestro estaba a punto de terminar la clase pero temía que eso provocara más y más interés de sus alumnos por el pasado terrestre. No había salida. El debía demostrar que aquello era falso, pero ¿cómo?

De pronto le brillaron los ojos y leyó en voz alta:

“…hoy un hombre pobre llamó a la puerta de casa y pidió agua. Mamá le dio una botella y me dijo: el agua no se le niega a nadie

Una risotada general resonó entre aquellos niños. ¿Un país donde a los pobres se les regalaba el agua? ¿Qué clase de broma absurda era esa?

No podía ser. El agua, el bien de más alto valor, la mercadería más cuidada y regulada había escaseado siempre. En este y en todos los mundos siempre había valido muchísimo y eso era obvio para cualquiera.

Un avergonzadísimo Federico tomó el diario que el maestro Javier le devolvía. Con una sonrisa condescendiente este le dijo:

-         Fede, siempre acordate que no podemos creer todo lo que dicen por ahí.

martes, 1 de marzo de 2011

Con la música a otra parte


1.

Carolina le tenía miedo. El involucramiento cada vez mayor de su marido con su trabajo la ponía nerviosa. A ella nunca le había gustado ese trabajo. Manipular los recuerdos de la gente...¡que asco! Sabia que era una costumbre de moda y que eso era bueno para la compañía de su esposo pero no podía evitar la sensación de asco ante la posibilidad de mal uso de aquella tecnología. Ella sentía que los pacientes - nunca pudo decir clientes como decía su esposo - estaban indefensos ante el operario que introducía en su cerebro un pasado recién preparado.

¿Y si se equivocaban? ¿Y si el operario era deshonesto, malicioso o simplemente un vándalo dispuesto a destruir mentes ajenas? Su marido le había repetido hasta el hartazgo las seguridades de la compañía y los rigurosos exámenes de ingreso para los operarios.Pero ella también lo había acompañado a fiestas con compañeros de trabajo y había escuchado las bromas. Esas bromas que la habían dejado sin dormir pensando en el poder de esa gente.

Emiliano, su marido, también tenía miedo. Pero era un miedo más simple, por lo menos uno más común. El temía que ella lo abandonara. A su edad ya había visto demasiadas veces parejas de amigos destruidas sin ninguna razón aparente, sin ningún aviso previo. Es que ahora era tan fácil simplemente escaparse a una vida nueva. Firmabas unos papeles y tenías asegurado casa y trabajo en otro planeta tan habitable como éste. Las compañías colonizadoras reclutaban gente por doquier y cada vez ofrecían más. Ellos pescaban gente aburrida y se encargaban de que ningún marido o esposa molesto pudiera rastrear a los nuevos colonos deseosos de emociones. El resultado era que cada vez más fácilmente las personas escapaban de sus responsabilidades alegando aburrimiento y un día como cualquiera...¡pum! Simplemente desaparecían. El pobre marido o esposa abandonado solo recibía una notificación policial de que la desaparición era voluntaria...y una advertencia de que estaba legalmente prohibido intentar encontrarla.

2.

Diez años antes se habían casado ilusionados, como todo el mundo. Emiliano había aceptado un trabajo rutinario pensando en costear sus estudios. Carolina en cambio ya era una promesa política local. Su capacidad de liderazgo y su visión de futuro la pusieron rápidamente en la mira de las prósperas empresas espaciales dedicadas a la colonización Se resistió por algunos años a ofertas de sueldos que nunca había imaginado. Finalmente, había abandonado la política con más amigos que enemigos y el dinero había dejado de ser un problema en su hogar. El único reproche que alguien podría hacerle era que no había querido tener hijos. Pero ese alguien no era su esposo. El se sentía demasiado culpable de no haber llegado a demasiado. Además de triunfar, aquella mujer había tenido tiempo de consolarlo en sus depresiones, hacerle su lugar sin eclipsarlo, apoyarlo en sus decisiones (aun cuando dejó sus estudios) y defenderlo ante un mundo que lo consideraba un apéndice de su superesposa. No, sin duda que Emiliano no tenía reproches para ella...aunque últimamente tampoco le tenía confianza.

3.

- Estás nerviosa - dijo su amiga
- Puede ser, no es para menos - respondió Carolina mirando rápidamente las demás mesas del café
- ¡No entres en paranoia, parece que tuvieras miedo que te sigan!
- Eso te pasa cuando perdés la confianza en quien más confiabas...después vivís sospechando. Ya sospecho de todos, de todo. Estoy muy cansada, Marita. Ya no quiero seguir así.
- Pero...¿que te hizo Emiliano?
- Eso es lo peor...no puedo culparlo de nada.
- ¿entonces?
- Bueno, vos sabés bien que entre nosotros el "éxito" personal siempre fue un tema. Cuando yo empecé a ganar mucho dinero, el se puso como celoso...en realidad me sale decir "envidioso" pero me da vergüenza
- Pero yo pensé que era temas viejos, superados. ¿Siguen discutiendo por esas cosas?
- No, ya no discutimos. Por algún tiempo pensé que el lo había aceptado, que entendía cual era el lugar de cada uno en el mundo. Pero desde hace un tiempo...no sé...el está muy metido con su trabajo...y como me mira a veces...vivo con la sensación de que trama algo...
- ¿Así que le está yendo bien en su trabajo?
- No es que gane más ni tuvo un ascenso ni nada, pero está más concentrado en su trabajo, a veces en casa lo he visto estudiando...esas cosas
- Caro, sos muy mala.
- ¿Por?
- Le faltás el respeto al pobre Emiliano. Tanto despreciás su trabajo que ni lo nombrás...solo decís "esas cosas"
- No tengo la culpa de que me desagraden, no?
- Mirá Caro, hasta donde yo veo es la primera vez en la vida que tu marido está entusiasmado con su trabajo...y vos estás molesta. Sería lo más normal si no fuera tan injusto. Vos siempre fuiste la exitosa y el tuvo que vivir a tu sombra. ¿El tipo no puede tener un ratito de entusiasmo en la vida? No seas mala...

Mordiendo la rabia, Carolina solo pudo decir irónicamente: Gracias, Marita, si querías bajonearme del todo, ¡ya lo lograste!

A partir de ese momento, Marita se pasó luchando contra el fastidio que se apoderó de la conversación. Sin demasiado éxito.

4.

La luz en la oficina de Emiliano seguía encendida a pesar de que ya hacía varias horas que la mayoría de sus compañeros de "Recuerdos Corp." se habían ido. A los empleados de limpieza no les extrañó. Ya se habían acostumbrado a aquel empleado casi obsesionado con el trabajo.
Pero ese día estaba lejos de ser uno cualquiera. Emiliano había cobrado el día anterior los honorarios de seis meses de esfuerzos extras. Tenía en su bolsillo una pequeña fortuna y de eso hablaba con uno de los empleados del depósito:

- muy bien, González, ya junté todo...seis meses me llevó, pero acá está. ¿Vos tenés lo tuyo?
- por supuesto, recién "rescatado" de la quema, casi un último modelo. Me parece que estás comprando barato.
- no me hagas el verso a mi. Si esto estaba para ser destruído y vos lo vendés como si fuera nuevo. ¿No tendrá defectos? Lo mío es algo delicado...
- nada de defectos. A estos los sacan de la venta solo porque lanzan un modelo nuevo. Además está revisado y...quitado del sistema. Nadie sabe que lo tenés, nadie sabe para que lo usás...

Emiliano sudaba mientras entregaba sus ahorros a cambio de un pequeñísimo paquete. Lo abrió cuidadosamente y miró con detenimiento el adminículo electrónico que contenía. González se dio cuenta de que Emiliano soñaba despierto...

- estás emocionado. ¿Que vas a hacer con eso?
- vos lo dijiste González: nadie va a saber que lo tengo, nadie va a saber para que lo uso

5.

Como muchas amigas, Carolina y Marita no podían pasar mucho tiempo peleadas. Así que la misma mesa las volvió a reunir 10 días después de la última discusión.

- Mari, que razón tenías. Me da vergüenza pensar en las cosas que te dije. Y como destraté a Emi todos estos años...
- ¡Caro, que alegría! No puedo creer que hayas cambiado de opinión tan rápido. ¿Será que yo te influyo tanto? - le dijo entre risas
- Bueno no tanto. El día que discutí contigo me fui más convencida de lo que vine. Además llegué a casa y Emi llegó tardísimo y más misterioso que nunca. Yo estaba tan harta que ya había empezado a pensar en irme de casa.
- ¿Y entonces? ¿Que te hizo recapacitar?
- La cosa empezó con un regalo que el me hizo, fue todo un detalle.
- ¿Que te regaló?
- Mirá - dijo Carolina corriéndose el pelo y mostrándole unas pequeñas caravanas

Marita miró extrañada aquella bijouterie no demasiado bonita y en la que se adivinaba alguna función electrónica

- Que...que originales...- alcanzó a decir
- A mi no me gustaron mucho al principio pero, ¿sabés que? Sirven para escuchar música. No es música sintonizada sino música que está en tus recuerdos. Viste que en la empresa de Emi trabajan con eso de los recuerdos, ¿no?
Marita no podía creer lo que escuchaba
- ¿Emi te reconquistó con algo que te trajo de su trabajo? ¡Pero si vos odiás su trabajo!
- ¡Mari, no tenés solución! Si yo me enojo con Emi, lo defendés. Si me reconcilio, le buscás los defectos.
- Perdoname Caro, no es eso, pero me sorprendió lo que dijiste de su trabajo
- Además yo siempre admiré su trabajo, lo importante que es, lo que el ha progresado en la empresa todos estos años
- ¡Pero Caro...! - dijo Marita casi gritando. Sin embargo, no pudo terminar la frase. Un miedo a lo desconocido la ahogó y la llenó de ganas de irse.
Todo el resto de su conversación fueron excusas para zafar de esa extraña tan parecida a su amiga.

6.

- ¿Que pasa Emiliano, algún problema?
- No González, en realidad todo funciona bien, pero solo quería hacerte una pregunta: el aparatito, ¿es seguro? ¿No tiene otros efectos?
- Emiliano, vos compraste un simulador de recuerdos de lo mejor. El aparato no tiene fallas pero vos bien sabés que el problema con estas cosas son los abusos. ¿Vos para que lo estas usando?
- Yo...ehh...lo uso para mejorar mi opinión acerca de alguien. Era una persona que yo injustamente despreciaba y el aparato me refuerza los buenos recuerdos que yo tengo de ella, nada más.
- Bueno, pero no abuses. Si no, vas a terminar endiosando a esa persona y vas a perder la noción de realidad
- Gracias, che, vos sos un amigo.

…"endiosando" había advertido González. Pero Emiliano disfrutaba con esa palabra "vas a terminar endiosando a esa persona"

7.

Otra vez esa mesa de café. Pero esta vez Marita no se animó a ir sola. La llamada de Carolina la había llenado de miedo y le pidió a una prima que la acompañe. Hacía casi dos meses de la última charla con Carolina.

Cuando la vió llegar notó su depresión y tuvo la esperanza de que Carolina hubiera vuelto a su normalidad triste. Era preferible eso a la autómata-feliz- con-su-marido de la ultima vez.

- Hola chicas, por lo menos alguien se digna charlar conmigo de vez en cuando.
- ¡Ja! Justo vos Caro diciendo eso, como si no te sobraran amigos.
- Me Tomás el pelo? Si no fuera por los amigos de Emi no tendría vida social.

Marita tragó saliva. Aquello iba de mal en peor. Carolina continuaba hablando casi sin importarle si la escuchaban:

-…eso me pasa por no haberme dedicado a mí. Claro, con un marido exitoso parece que está todo solucionado en la vida. Pero una necesita algo más. No se puede andar por la vida siendo " la Señora de"...

La prima de Marita, que no conocía mucho a Carolina, la escuchaba solidariamente. Marita no sabía si pegarle, mandarla al médico o llamar a la policía.

Unas horas después se despidieron. Marita se quedó con la misma sensación de inutilidad que en sus últimos encuentros.

8.

Emiliano miraba alternativamente al policía y a la comunicación que este le entregaba. Incrédulo, repasaba aquellas palabras que había visto varias veces dirigidas a amigos y que tanto temía:

" la Sra. Carolina Robles se presentó ante esta empresa y, en pleno uso de sus facultades, expresó su voluntad de ser transferida a otro sector galáctico y que se eliminaran los registros de dicha transferencia. Solo a los efectos legales se hace esta comunicación y se recuerda que todo intento de contactarse con la persona transferida será perseguido y castigado con toda la fuerza de la ley"

- Pero no pueden transferirla- dijo casi sollozando - ¡ella no tiene uso de razón! ¡Ella está usando un dispositivo inductor de recuerdos, eso falsea sus emociones!

El policía reaccionó tranquilo, estaba acostumbrado a todo tipo de mentiras de maridos abandonados
- Señor, todos esos dispositivos están rastreados por el sistema central las 24 horas. ¿Usted se cree que su esposa es capaz de tener uno funcional y quitado del sistema solo para abandonarlo?  Lo lamento pero la realidad es más simple: las mujeres se cansan, es eso. Por lo menos su mujer no se fue sin despedirse – El policía extendió la mano:

- Mire, esto es para usted

Emiliano recibió la grabación que le dió el policía y la encendió inmediatamente. En la imagen Carolina le sonreía y le decía:

Nunca podré agradecerte todo lo que me enseñaste y me ayudaste. Cómo te acordaste de mí a pesar de mis fracasos y tus éxitos. Pero no quiero ser más una carga para vos. Yo sé que un día no me soportarías mas y te irías. Prefiero irme yo y dejarte tranquilo. Me llevo tu último regalo. Tu música, mi música, sigue conmigo.

9.

Sin embargo, en el viaje intersistemas no estaban permitidos los dispositivos personales de música. Carolina tuvo que quitarse su preciado regalo y durmió con una extraña tranquilidad. A miles de kilómetros de allí una Carolina timorata amanecía en un nuevo mundo que para ella parecía más nuevo que para cualquiera. Sentía recobrar su autoconfianza y decidió no ponerse las caravanas.

 - Por unos días será mejor escuchar música nueva - se dijo

sábado, 12 de febrero de 2011

A pesar de la derrota


Desperté con sensación de miedo. Quizá por eso no quise moverme. Los dolores que sentía por todo el cuerpo tampoco invitaban a una reacción rápida. Entreabrí un ojo y el miedo dejó de ser una sensación vaga para derramarse por todo mi ser en un temblor que pensé que me delataba.

A unos metros de mi uno de los otros vigilaba. Pero no fue eso lo que me dio más miedo sino la inmediata conciencia de despertar en medio de una montaña de cadáveres.

Evidentemente, la batalla había sido una completa derrota y mi cuerpo, tomado por un cadáver más, había sido tirado junto a los de aquellos desgraciados que ayer habían combatido conmigo.

Por eso el otro no estaba alerta, por eso no advertía mi temblor. Ellos habían ganado y ahora simplemente administraban los cadáveres del enemigo.

Pero había algo más…nos estábamos moviendo. Y ese ruido…estábamos en un vagón de tren que se movía lentamente. ¡Los otros estaban transportando cadáveres de humanos! ¿con que intención?

Cuando el otro se movió al vagón de al lado junté fuerzas y sigilosamente me moví. Pude arrastrarme al espacio entre dos vagones y darme cuenta a donde nos llevaban.

Ayer, atrapado entre esos vagones y con aquel otro al lado, supe que estaba por lograr lo que habíamos intentado durante meses. Estaba entrando en territorio enemigo y la impresionante derrota sufrida había valido la pena.

Conmigo viajaba la destrucción de todo los otros. Los cadáveres que me acompañaban no habían muerto en vano.

martes, 25 de enero de 2011

Informes optimistas

“ 10 de Diciembre de 2056 – Acá el Capitán Eleuterio González informando las novedades de la base terrestre en Apantisi 3, subsector galáctico 56.

Como informáramos en el reporte anterior, las formas de vida halladas en este pequeño planeta no representan mayores problemas para la instalación de nuestra base aquí. Se trata de seres no hostiles con una estructura social primitiva organizada alrededor de las lagunas de silicona líquida del planeta. En realidad, la mayoría de la vida del planeta se encuentra en los alrededores de estas lagunas.

Nuestro grupo de trabajo ha realizado con éxito las tareas encomendadas y podemos informar con beneplácito que está a punto de finalizar el vaciamiento de la laguna mayor del planeta a efectos de que sirva de reservorio de agua para futuras bases terrestres. El impacto de esta operación sobre las formas de vida no ha sido significativo puesto que se han movido a otras lagunas menores.

Las próximas tareas a realizar incluyen el comienzo del bombeado de oxígeno a la atmósfera del planeta. Esto podría afectar de alguna manera a los organismos nativos pero se estima que la mayoría lo resistirán.

El impacto de nuestras actividades en los seres del planeta, lejos de ser negativo, parece haberlos favorecido. En los últimos días hemos observado un interesante aumento de actividad en las lagunas secundarias e incluso alguno de nuestros colaboradores han observado estructuras diferentes a las inicialmente reseñadas en el planeta.

A partir de estos datos podemos concluír que la instalación y desarrollo de bases en este planeta proseguirá de acuerdo a lo planificado y Apantisi 3 será una buena cabecera para la exploración de todo este subsector galáctico.”

Dos días después se perdió toda comunicación con la base comandada por el Capitán González. El vehículo de reconocimiento que arribó a Apantisi 3 el año siguiente encontró apenas unos restos de los materiales de la base en un estado que definió como “digeridos”. Llamó la atención que la laguna principal del planeta contenía nuevamente silicona líquida. Las formas de vida seguían allí, primitivas y no hostiles.

No obstante el comando terrestre decidió proseguir la exploración por otros subsectores.

viernes, 7 de enero de 2011

El infierno tan temido

Todos tenemos manías, ¿verdad?

Manfredo detestaba dos cosas: la suciedad y las cosas redondas y chatas, como los botones.
Además era un librepensador, le encantaba alardear de sus pecados y burlarse de la iglesia.
Por eso no le extrañó cuando, después de muerto, el buen Dios le dijo que no había lugar para él en el cielo.
Mientras esperaba el trámite para entrar al infierno, la ansiedad le fue ganando...¿como sería aquella eternidad sufriente? ¿fuegos abrasadores, látigos hirientes? ¿o habría martirios más elaborados, torturas sicológicas?
Se abrió la puerta y lo llamaron. Lo primero que le dijeron lo sorprendió:
- Señor, antes de entrar póngase este smoking. Es su uniforme.
Manfredo obedeció perplejo. Cuando, impecablemente vestido, pasó por la puerta finalmente comprendió.

Manfredo era el nuevo croupier y por la eternidad recogería las fichas en la ruleta del casino del infierno.